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29 de marzo de 2024

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El drama detrás de “El mejor hijo”

En esta ocasión el objetivo es centrar la mirada en aquellos niños que logran hacerlo todo bien. Su conducta es un orgullo para sus padres y los resultados que obtienen responden a las expectativas de toda la familia. Pero ¿Dónde van a parar sus naturales miedos, enojos y rebeldías? ¿Cómo aprendió a manejar como un adulto sus emociones hasta este punto?
En la infancia están ocultas las raíces de toda la vida.

Estos niños cuando adultos hablan de su infancia feliz y protegida que los vio crecer. Se trata, dice la Dra. Alice Miller, de pacientes con muchas posibilidades, e incluso con talentos que desarrollaron posteriormente y cuyas dotes y rendimientos también han sido alabados con frecuencia. Casi todos estos niños controlaban su micción ya en el primer año de vida, y muchos ayudaban con habilidad, entre el año y medio y los cinco años, a cuidar de sus hermanitos menores.

Según la opinión preponderante, estas personas —orgullo de sus padres— deberían tener una autoconciencia sólida y estable.

Pero ocurre precisamente lo contrario. La Dra. Miller en su libro “El drama del niño dotado” manifiesta que “En estos adultos , todo cuanto emprenden les queda entre bien y excelente, son admirados y envidiados, cosechan éxitos allí donde lo consideran importante, pero de nada les sirve todo esto. Detrás acechan la depresión, la sensación de vacío y de autoextrañamiento, de vivir una existencia absurda… en cuanto se esfuma la droga de la grandiosidad, en cuanto dejan de estar on top, de tener la seguridad de la superestrella, o cuando los invade el repentino sentimiento de haber fallado ante cualquier imagen ideal que tengan de sí mismos. Y entonces son ocasionalmente torturados por miedos o serios sentimientos de culpa o de vergüenza. ¿Cuáles son los motivos de un trastorno tan profundo cuando adultos en este tipo de niños ejemplares?

Los miedos, enojos y rebeldías son naturales en todo ser humano desde la infancia. Aprender a ocultarlos a temprana edad puede traer consecuencias en la vida adulta.

La Dra Miller encuentra una de las respuestas en una infancia maltratada e infeliz de los padres. Estos chicos adquieren en forma temprana una hipersensibilidad para detectar los estados emocionales de los adultos. Esta habilidad explica que muchos de ellos estudien psiquiatría o psicología o, lo que es más común, que estudien una carrera relacionada con un deseo de sus padres.

Cuando los niños captan las deseos de sus padres, la meta en su vida puede ser complacerlos.

Así, por ejemplo, algunos de estos adultos recuerdan que cuando niños, no podían estar tristes ni llorar sin sentir que iban sumiendo a su querida madre o padre en una atmósfera de infelicidad y de profunda inseguridad. Otros percibían, casi por un sexto sentido, en la angustia y sufrimiento de ellos, la incapacidad para cumplir la función de padres de proteger, cobijar y darles amor.  Entonces asumían el papel de la responsabilidad de hacerlos felices a través de sus propios logros y su perfección..

Por eso de niños eran inteligentes, despiertos, atentos, hipersensibles y, por estar totalmente orientados hacia el bienestar de los padres, también disponibles, utilizables y, sobre todo, transparentes, claros, predecibles y manipulables…

mientras su verdadero Yo (su mundo afectivo) permanecía en el sótano de esa casa transparente en la que tenían que vivir, a veces hasta la pubertad y, no pocas veces, hasta que sean padres ellos mismos.

Miller explica que toda madre o padre sólo podrá ser empático cuando se haya liberado de su infancia, y tendrá que reaccionar de forma no empática en la medida en que renegar de su destino le imponga cadenas invisibles.

Hay  recuerdos que son inofensivos, como los del escultor Henry Moore que cuando niño debía pasar una pomada en la espalda de su madre y esa visión de niño se puede observar en sus esculturas, donde aparecen grandes espaldas y pequeñas cabezas, (ver imagen), pero las vivencias traumáticas de toda infancia generalmente permanecen en la oscuridad. Ocultas en esas tinieblas se encuentran asimismo las claves para la comprensión de toda la vida ulterior.

Henry Spencer Moore, más conocido como Henry Moore, fue un escultor británico conocido por sus esculturas abstractas de bronce y mármol que pueden ser contempladas en numerosos lugares del mundo como obras de arte público.

La Dra. Miller afirma que la única forma de sanar trastornos psíquicos en la vida adulta es  “encontrar emocionalmente la verdad de la historia única y singular de nuestra infancia”. Aunque muchos se nieguen consciente o inconscientemente a hacerlo, no obstante, la verdad es tan imprescindible que pagamos su pérdida con penosas enfermedades o con serias dificultades en la vida de relación social.

En la infancia están las claves de por qué te relacionas con los demás de una determinada manera.

Dice Alicia Punsset, máster en humanidades,: Hoy en día, ¿te cuesta confiar en los demás? ¿Tus relaciones se rompen sin que sepas por qué? ¿O por el contrario, disfrutar de las personas te resulta fácil? ¿Sueles tener siempre un mismo tipo de relación? Allí, en esos primeros años de vida, están las claves de por qué te relacionas con los demás de una determinada manera y conocerlas sanará.

Próximo artículo; Relacionarte mejor con tu pareja te puede cambiar la vida.

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