Desde el corazón de Entre Ríos, Lucio Albirosa

De cuna correntina y un tiempo de residencia entrerriana, Lucio Albirosa nació en la ciudad de Curuzú Cuatiá, el 28 de abril de 1982. Tres expresiones definen su profesión, y su vocación: poeta, escritor, gestor cultural. Desde muy pequeño escribe. Con apenas 12 años obtuvo el Primer Premio en el Certamen Literario Juvenil “Río de los pájaros”, en la provincia de Entre Ríos.

Primeros pasos, primera poesía de Lucio Albirosa

“Aún recuerdo aquella poesía escrita para una maestra que se jubilaba. El final decía: … Por su esencia divina y su tierna comprensión/ a usted decimos, señora: / gracias por lo que nos dio! Inolvidable!!!”. Palabras de Lucio Albirosa tomadas de red social Facebook.

Una trayectoria reconocida y galardonada

En el año 2013, al celebrarse los 50 años de la Fundación del “Movimiento del Nuevo Cancionero”, recibió el “Reconocimiento a los Herederos” de Armando Tejada Gómez, entregado por Paula Tejada, hija del célebre poeta mendocino Armando Tejada Gómez.

Ese 2013 fue un año muy especial para Lucio, ya que también había sido elegido como uno de los “10 Jóvenes Escritores Argentinos”, por la Editorial “Mis Escritos”, de la ciudad de Buenos Aires; con el reconocimiento de la Cámara de Diputados de Mendoza.

El Municipio de Maipú, ciudad mendocina en la que el poeta reside, también le brindó un reconocimiento, a su “Trayectoria Literaria”, año 2014; y como “Artista Destacado”, año 2015.

Y a partir de ahí numerosos premios y distinciones recibió su producción -tanto poética como narrativa- su labor cultural, y el compromiso social que emana de su obra, cuando desde su pluma brotan versos que expresan el dolor, la injustica, los sinsabores, en particular de quienes no han tenido la posibilidad de acceder a una vida digna, de superación y de progreso. Reconocimientos a nivel local, nacional e internacional, como lo fueron el 2° Premio del Certamen Internacional de Narrativa “Vientos del desierto”(Editorial Equinoxio), y la Mención Especial en Narrativa del Certamen de poesía y narrativa “Voces del volcán”, ciudad de Tupungato, Mendoza.

Integró Lucio Albirosa el Movimiento de Escritores de Mendoza, “Epicentro”, un espacio de debate, capacitación y reflexión que fue fundado en el año 2014. También es parte del Colectivo Cultural “Cuando el arte ataca, abraza”, que genera eventos para entidades de bien público y que cuenta con manifestaciones artísticas diversas, música, danza, teatro, artes visuales, fotografía.

Una labor polifacética en el mundo de la cultura

Fue este prestigioso autor representante argentino en la Feria Internacional del Libro en la ciudad de Guadalajara, México, 2018. Se desempeñó, además, como organizador de diversos eventos culturales, en los que la poesía y la música han sido protagonistas. Y en el ámbito periodístico, columnista en secciones culturales de distintos medios.

Su enorme talento se extendió al mundo del folclore, allí donde escribió más de 90 letras de canciones, entre zambas, chacareras, chamarritas y chamamés. Le ha dado esta creación la oportunidad de compartir escenarios en importantes fiestas populares de nuestro país, con grandes artistas, exponentes de este género tan representativo de nuestra identidad cultural.

Se ha dedicado a recorrer escuelas, primarias, secundarias e institutos de formación docente, en los que, además de presentar su obra literaria, se propone incentivar en la lectura a niños, adolescentes y adultos. Pudimos apreciar en redes sociales de varias entidades educativas lecturas y charlas del poeta, las que reflejan la atención y el entusiasmo del alumnado.

Desde el año 2008, y hasta el momento, es coordinador de talleres literarios en contextos de encierro. Utiliza la literatura como vínculo de reintegración social. Su proyecto “Literatura en Alas” ha sido tomado como ejemplo en contextos de privación de la libertad en México y en Colombia. Cabe mencionar también el proyecto “Liberando cuentos”, del año 2019, junto a la escritora Viviana Baldo, cuyo objetivo fue enlazar pinturas creadas por internos detenidos y cuentos infantiles de escritores intramuros. Fue este el primer hecho que se desarrolló en Contexto de Encierro a Nivel Mundial, con un Reconocimiento Legislativo del Senado de la Provincia de Mendoza.

Diferentes dimensiones, la misma pasión

Dos aristas descubrimos en la producción poética de Lucio Albirosa, una vinculada con la historia de su pueblo, su gente y sus costumbres; que se apoya en el color local, donde la nostalgia ocupa un lugar preponderante, y es casi un culto al pasado. Y otra, la que manifiesta un compromiso social, aquella que utiliza la palabra para denunciar problemáticas sociales, y pretende guiar al lector hacia una toma de conciencia sobre determinados aspectos complejos de una comunidad. En ambos casos, se trasluce en sus versos el compromiso y la pasión por el tema que aborda.

Nos ocuparemos en este artículo de la obra del autor que se relaciona con la primera dimensión, la ciudad en la que vivió durante muchos años, San Salvador, la provincia de Entre Ríos, y la provincia de Corrientes, a las que vuelve siempre, impulsado por los afectos, por la melancolía, además de todo lo inherente a su vocación poética.

Del álbum infantil, un cálido recuerdo

Recordemos que al escribir un artículo sobre esta localidad, habíamos incluido el poema “A San Salvador”, en el que refleja todo su sentir por la ciudad que lo vio crecer, y destaca en versos cargados de bellísimas imágenes el proceso de producción del arroz, haciendo hincapié en el colono, el fundador, y el pueblo, a quien invita a seguir sembrando. El Concejo Deliberante de la ciudad declaró de Interés Cultural este magnífico poema, en el mes de agosto del año 2013.

En esta oportunidad, vamos a presentar su eximio poema “Pago de San Salvador”, en el que el poeta, sumergido en una profunda melancolía, expresa esas ganas de volver, motivado por el paisaje vespertino, por el sonido de un acordeón, por sus raíces que allí permanecen.

PAGO DE SAN SALVADOR

Lenta, la tarde litoral ya se va durmiendo

bajo unos nubarrones de tordos negros.

Frondoso ritual de cielo sansalvadoreño

previo beso del sueño tras el curtido sol.

Un rojo fulgor cubre el verde de mi suelo

mientras despierta su ojo claro el lucero

entre lágrimas humedecidas de canción.

Sobrado de razones hoy nace mi canto

evocando misterios de mi pago querido,

leyendas y sucedidos, cuán sentimiento

regresan siempre entre vientos del ayer.

Imposible a ti no volver, a ti pueblo mío,

cuando la blanca luna del silencio llega

invocando la voz airosa de una guitarra;

allí cuando la nostalgia toda se amarra

al sincero decir sinuoso de un acordeón;

ahí cuando dicta sinceridad el corazón

revela mi idioma sus palabras del alma.

En el rito ceñil obligatorio de nombrarte

he querido de pie yo también ofrendarte

el rebalse encendido del fuego candor.

Por ser cruz de valor, acaso redención,

te grita un rubor, sapucay de esperanza.

Yo iré soltando templanzas de luz y fe,

y en simpleza erguida de un chamamé,

de lo más profundo de mi ser y amor;

hasta la muerte te nombraré con honor,

por ser primor de una nobleza sentida,

por raíz de vida: pago de San Salvador.

Su obra “De arrozal y nostalgias”, presentada en 2018, es un claro ejemplo de esta poesía. Esta recopilación de poemas, que entrañablemente describen la realidad de nuestra región, recibió oficialmente la “Declaración de Interés Social y Cultural”, en el ámbito de la ciudad de San Salvador.

Transcribimos fragmentos de la reseña crítica de este material, en conexión con la poesía de un pueblo, característica de la literatura de nuestras provincias:

“El bagaje poético situado en la historia misma de un pueblo, debe ser la búsqueda por situar claramente a esa historia en la cima más alta de la creación, cuyo fin posibilite al mundo interiorizarse sobre tal o cual suceso ocurrió allí y desde la descripción permitir al lector adentrarse en la historia que quizás desconozca desde siempre”.

“’De arrozal y nostalgia’ no es un libro más buscando escondite dentro de bibliotecas; este libro es un órgano vital para la historia de un pueblo, para su cultura e identidad ya expuesta desde la literatura, aquí y ahora”.

MATE AMARGO (recitado)

Mate amargo, buen amigo,
testigo de mis silencios,
cómplice de andanzas,
vivencias y recuerdos.

Mate amargo, compañero,
por las rutas sin destino
que transito lentamente
con memoria y sin olvido.

Mate amargo, fiel testigo
de mis noches entre versos,
de los días de poesía,
del tiempo que va muriendo.

Mate amargo, confidente
de tantos sueños e ilusiones,
iluso pañuelo sin arrugas
de varias vanas decepciones.

Mate amargo, hermano mío,
yo te escribo con el alma
porque aferrado a mi mano
sos oído a mi palabra… Mate amargo, querido:
no te alejes de mi lado,
en tu amargura hay deseos

muy
ajenos al desagrado.

Mate amargo, si supieran,
nuestro tiempo compartido,
de los años que se fueron
sin amor y sin cariño.

Mate amargo, ¡quién diría!
sentirte yerbal en el beso,
cuando de verde me llenas
el espíritu sin un rezo.

Mate amargo, yo te pido
el cólera para mi canto
cuando se apague la ternura
y despierte el quebranto

Mate amargo, yo te ruego;
no te vuelques por nada,
no derrames tu esencia,
no manches mi esperanza.

Mate amargo, acompáñame,
queda mucho por andar,
dame cebadas de vida
y aliento para continuar.

Fuente: https://www.rincondepoesia.com/poesia/mate-amargo/385143/

RÉQUIEM PARA “MACHUNGO” ROMERO

Sobre papiro de tranco lento y breve lenguaje,
con un bolsito sobre el hombro como sortilegio,
de saco largo empolvado por los vientos,
caminó la vida, las terrenales calles de un pueblo…
Repartiendo sonrisas a los gurises,
aún me parece verlo, saludando al que pasa,
con gesto noble y sincero, cruzando las vías canturreando junto a los pájaros:
personaje tan querido atesorado en este recuerdo.
Anduvo solitario abrazando la magia del peregrino
con su pantalón gastado enhebrando un manifiesto,
con la frente siempre alta y el cuerpecito encorvado,
con mirada profunda desafiando relojes e inviernos.
A veces, con un maletín de nostalgia en su mano,
como administrador cauteloso de su rito andariego,
iba despojándose de sombras e indultando pobrezas
en predilecta fábula,
en el prólogo único de su cuento. Tras sus ojos un río de misterio, un silbar de chamarritas,
un manojo de humildad, un cúmulo airoso de sueños,
una huella de paciencia abrazada de estrellas y luna: sustancia exacta de amor dispersa en vaivén de tiempo.
San Salvador alumbró lo interminable de sus mañanas
entre charla y charla con los ausentes recordados viejos;
grabadas quedaron aquellas risas, anécdotas cotidianas,
que pasando los años seguramente se llamaran a silencio.
Tan profundo, tan humano, tan luz de un cuadro pintado
en cruda imagen de un óleo místico, acuarela renaciendo,
presente en pincel latente, vértebra del numen infinito, te pintaron, “Machungo” Romero,
soñador de tranco lento, para que sigas caminado, para que sigas existiendo.

En: “De Arrozal y Nostalgias”.

Fuente: https://www.rincondepoesia.com/poesia/requiem-por-machungo-romero/390009/

Magnífica descripción de este personaje, que por momentos parece que camina a nuestro lado, que como en tantos lugares de nuestro país, forma parte de un mundo prácticamente ajeno a la realidad que lo circunda; una realidad que, contrariamente, lo adopta, y cuando ya no está en ella, lo recuerda con cierta nostalgia, lo convierte en protagonista de anécdotas y relatos legendarios, y lo preserva en la memoria colectiva de su pueblo. Y en este caso, Lucio Albirosa es quien lo rescata y le permite quedarse para siempre en San Salvador, por medio de su poesía, en un exquisito despliegue de metáforas, imágenes sensoriales, epítetos, enumeraciones.

A su Curuzú natal

Curuzú Cuatiá, al sur de la provincia de Corrientes, fundada por Manuel Belgrano en 1812, en pleno proceso independentista de nuestro país.

“Como un puñado de flores blancas se van mis versos

para decirte cuánto te añoro mi Curuzú,

en ellas pongo las mil nostalgias del hijo ausente

que por mundo va recordando tu cielo azul.

Hoy que el destino y la distancia de ti me alejan,

recién comprendo todo lo bello que allí dejé;

los besos dulces de la guainita que tanto quise

y las caricias de aquella madre que más que nunca hoy quiero tener.

Pero yo juro, mi pueblo amado, volver un día

para ofenderte la gloria pura de algún laurel,

más por si acaso caigo vencido, tenlo seguro

que antes de verme con mis harapos,

te juro, pueblo, no he de volver.

Nunca olvidarme de ti, pueblo adorado,

pues tu recuerdo será constante hasta mi cruz.

Tanto te quiero y te idolatro que eres en mi vida:

beso de novia, perdón de madre: mi Curuzú.”*

“…En rito interminable de sapucay

se quiebra estridente mi voz,

en poema abrazo todo tu nombre

bajo la estrella de Tarragó Ros

No he de olvidar este origen

en honor a mi fiel lealtad,

porque te llevo a todos lados

mi añorado Curuzú Cuatiá.**

En este homenaje a Curuzú Cuatiá, las dos estrofas finales pertenecen a Lucio Albirosa, que fueron tomadas de su obra “Mi añorado Curuzú Cuatiá”.

Una obra que responde a sus sentimientos, a sus convicciones, a sus ideales

Si bien la vasta trayectoria artística de Lucio Albirosa recorre el mundo, y a través de su pluma transcurre una amplia gama discursiva, temática y estilística, podemos observar que el poeta nunca se ha ido del todo de su amado Litoral, lo reflejan sus versos, los que entrañablemente expresan todo su sentir hacia los lugares que lo vieron crecer, que le fueron indicando el camino. Con minucia elige el espacio, la persona, la época, inmerso en sus recuerdos, colmado de melancolía, y surge un poema, que desde la lealtad se constituye en un homenaje; al igual que cuando una problemática lo invade, va por ella, manifiesta su pensamiento, porque primero fue empático con quienes la padecen. Y todo lo hace con la misma pasión, con el mismo compromiso, sin descuidos ni dejadez.

Texto y recopilación fotográfica: Prof. Nélida Claudina Delfin