Día de los Jardines de Infantes

El Nivel Inicial en palabras de la Profesora Cristina Díaz Vélez

En nuestro país, el Nivel Inicial, según la Ley Nacional de Educación N° 26206, se estructura en dos períodos:

-El Jardín Maternal: desde los 45 días de vida, hasta los dos años.

-El Jardín de Infantes: desde los tres hasta los cinco años. Los dos últimos años, de carácter obligatorio.

Pionera de los Jardines de Infantes

Cada 28 de mayo se celebra el Día de los Jardines de Infantes, en homenaje a la Docente Rosario Vera Peñaloza, pionera, quien fundó el primer Jardín de Infantes de nuestro país. Falleció el 28 de mayo de 1950. Había nacido el 25 de diciembre de 1873 en Atiles, provincia de La Rioja.

Una gran creativa desde siempre, estudió tejido en tela, corte y confección, artes decorativas y demás manualidades. Cursó sus estudios primeramente en San Juan y luego en Paraná, donde obtuvo el Título Superior de Enseñanza, en 1894.

            En el año 1900 fundó el Primer Jardín de Infantes, anexo a la Escuela Normal de La Rioja; experiencia que posteriormente llevó a las ciudades de Córdoba, Buenos Aires y Paraná.

En el año 1912 -según información tomada del historiador argentino Felipe Pigna- asumió la Dirección de la Escuela Normal N° 1 de Capital; allí en cinco años su matrícula pasó de 500 a 1500 alumnas. Sin embargo, sus métodos pedagógicos innovadores tuvieron como consecuencia su cesantía en 1917.

            Palabras de Rosario Vera Peñaloza:

                “Siempre es lenta la marcha de las ideas nuevas. Hay siempre lucha hasta que el público las acepta y todos los que llegan a ser discípulos de tal innovación tienen que soportar críticas y advertencias injustas”.

            Años más tarde, bajo la presidencia de Marcelo Torcuato de Alvear, regresó a la educación pública en carácter de Inspectora Escolar, hasta la segunda presidencia de Hipólito Irigoyen, en 1928.

A partir de 1931 fue responsable del Museo Argentino para la Escuela Primaria y Kindergarten, siendo su creadora y directora. Este instituto de investigación, propulsor de proyectos educativos, fue de los primeros en gestionar la incorporación de expresiones regionales y locales de la cultura.

Nuestro homenaje

Como reconocimiento a las Docentes de Nivel Inicial, quisimos dialogar con una de ellas, y fue así como después de un largo tiempo, volvimos a encontrarnos con la Profesora Cristina Díaz Vélez, quien junto a su hermana gemela Nilda Díaz Vélez, desarrolló una labor intensa, que recientemente jubilada, pudo repasar. Ha llegado el momento de mirar el camino recorrido…

Y entablamos una charla agradable, con anécdotas, episodios memorables, recuerdos, en el que por momentos nos invadió la nostalgia por lo vivido en trayectorias docentes; por momentos, las cavilaciones ante la realidad de la educación hoy; y por momentos, el análisis respecto de lo que viene.

En primer lugar le preguntamos a Cristina por qué Docentes de Nivel Inicial, y nos respondió que a ellas les había gustado siempre la enseñanza, y se remontó a su niñez, cuando muy pequeñas ubicaban en la cama las muñecas en hilera y jugaban a ser maestras, con el pizarrón y las tizas que su papá, con mucho acierto, les había regalado.

Cuando uno efectúa un análisis sobre su tarea como docente, se plantea siempre por sus fortalezas y debilidades. Ahí nos condujo la conversación, y Cristina nos mencionó como fortaleza la claridad en cuanto a los límites, una educación con amor, la atención de las distintas individualidades, la empatía con las familias, sin distanciarse del camino propuesto. Y respecto de las debilidades, todo lo inherente a la dimensión administrativa.

Entre las áreas de enseñanza, Lengua y Literatura ha sido siempre la elegida, la que en mayor medida disfrutaba esta Docente en las diferentes salas, más allá de trabajar con entusiasmo en todas ellas. Esta elección se relaciona con las prácticas del lenguaje, la comunicación; la lecto-escritura, a partir del Programa de Promoción del Desarrollo Lingüístico y Cognitivo, que a los niños los entusiasmaba, y que al hacer una evaluación, nos manifestaba Cristina que ha dado muy buenos resultados.

            Nos describía Cristina Díaz Vélez uno de los momentos que era motivador para los chicos, cuando ella tomaba un libro -que ellos ya conocían- lo abría y todos sabían que en esa página estaba el texto que iban a leer; podía ser un cuento, una adivinanza, un trabalenguas, entre los distintos tipos de textos que la obra incluía.

Entre tantos temas que fueron surgiendo, hablamos de los cambios que hemos ido transitando desde los comienzos de la carrera docente hasta el final, teniendo en cuenta que estamos ante una sociedad con constantes transformaciones, y todo se ve reflejado en las instituciones. Nos explicaba Cristina que más allá de los cambios en las familias y en los niños, no podemos perder de vista que el niño ama jugar, la importancia de aprender jugando. También ha pasado que en ocasiones la familia ha perdido determinados valores.

Y siguiendo en la línea de los cambios, los avances tecnológicos, que han llevado al docente a la incorporación de recursos didácticos diferentes, que a su vez aportan nuevos beneficios, como tablets, proyectores, parlantes, equipos de música. Una o dos veces al mes Cristina sumaba momentos de cine.

Al mencionar los recursos didácticos, hizo hincapié en la presencia de libros de texto, y juguetes en la sala, para que los niños tuvieran la posibilidad de jugar y aprender a partir del juego. Y los materiales reciclables, que podían ser palitos de madera, corchos, tapitas, etc.

 En relación con los niños, nos contaba la Docente que el patio ha sido siempre su espacio preferido, el arenero, los juegos que allí se realizan, hacer pozos, enterrarse. También les gusta pintar sobre la pizarra, con fibras, armar objetos con ladrillos, jugar al bowling.

Nos interesó conocer el proceso que se lleva a cabo cuando la Docente descubre que un niño presenta problemáticas específicas en el camino del lenguaje (habla y escucha), y la respuesta de Cristina fue que acude a la MAI (Maestra Apoyo a la Inclusión) de la institución, quien cita a los padres o tutores, a partir del mes de abril, cuando finaliza el período de adaptación. La familia consulta a un profesional y desde ahí se trata de establecer algún acuerdo, se habla con los profesionales que tratan al niño y se va realizando un seguimiento, en la medida que se puede. Luego se pasa toda la documentación inherente a la situación a la escuela primaria para que este proceso continúe.

Para Cristina Díaz Vélez, el mayor logro de su carrera es haber culminado en sala, junto a los niños, tal como siempre lo había soñado. Y hoy le quedan miles de anécdotas, que conservará por siempre de cada escuela, de cada sala que transitó. Su título académico es Profesora de Jardín de Infantes, y tiene además un Postgrado de Especialización en Escuelas Maternales.

            Nuestra entrevistada efectuó, en 26 años de trayectoria docente, un itinerario que incluye la Escuela N° 3 “Domingo Faustino Sarmiento”, la Escuela Normal, y la Escuela N° 42 “Gral. Belgrano”, de Concordia; además, las escuelas de las vecinas localidades de Clodomiro Ledesma, Colonia Ayuí y Villa Zorraquín.

Le pedimos que eligiera una canción, obviamente es difícil elegir una de tantas bellas canciones infantiles, de todos los tiempos. Seleccionó Cristina las siguientes: “Un pañuelo”, “Hola hola, ¿cómo estás?”, “Quién sube, sube, a una nube”, “Yo tengo un cuerpo y lo voy a mover”, “Congelado”. Y nos manifestaba que a los chicos les gusta mucho cantar; a partir de algunos movimientos que se relacionan con el contenido de la letra, se expresan con el cuerpo; ponen en práctica la memoria, la expresividad.  Nos decía que a ella también le gustaba acompañar con canciones la jornada.

Indefectiblemente llegamos siempre al final de la charla con el pensamiento puesto en lo que vendrá. Cristina, con mucha convicción, nos planteó que el Nivel Inicial no debe perder su esencia, que no es escolarizar; el Jardín de Infantes es el primer lugar donde los chicos experimentan el hecho de vivir en sociedad alejados de la familia. Para ella las prioridades son el Juego, el Lenguaje y la Comunicación.

Transcurrió así en un ámbito distendido y gratificante el diálogo con esta excelente Profesora de Nivel Inicial, que con mucha alegría y con un enorme entusiasmo, nos habló de su labor docente, de la que tanto aprendió, la que tantas satisfacciones le brindó, y le permitió concretar sus proyectos; una labor de la que hoy se siente plenamente agradecida al repasar el camino recorrido. Un camino que también tuvo sus obstáculos, pero que Cristina supo sortearlos, rescatar lo positivo, transformar en lección de vida aquello que no salió como esperaba. Todos estos logros se vinculan con el constante compromiso con que llevó ella adelante su profesión, con vocación, voluntad y vehemencia, como emblemas cada día de concurrencia a su AMADA SALITA, allí donde felizmente se encontraba con lo más sagrado de la vida humana, LOS NIÑOS.

Solo nos queda agradecer infinitamente a la Profesora Cristina Díaz Vélez, por esa charla que se volvió interminable, y por todos los aportes que nos brindó durante la producción del artículo.

 La felicitamos por el Día de los Jardines de Infantes, a ella y a todas las Docentes del Nivel Inicial, por su dedicación y entrega, por su temple y por su paciencia, por tanta atención y cuidado hacia nuestros niños.

Texto y selección de fotografías: Prof. Nélida Claudina Delfin