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5 de febrero de 2025

revistaalmas.com

Lee desde otra perspectiva

Dos décadas de una empresa con esfuerzo y perseverancia.

Cerámica Galeano

El sueño de dedicarse a una actividad productiva.

Cerámica Galeano es una fábrica de ladrillos cerámicos huecos ubicada en Colonia General Roca, localidad lindera a la ciudad de Concordia. Este proyecto tuvo sus inicios hace casi 20 años, cuando su fundador, el Ingeniero Jorge Galeano, decidió apostar por la cerámica roja y adquirió un tren de máquinas entonces en desuso, lo que significó el puntapié inicial de una travesía que sigue hasta el día de hoy.

Si bien las actividades de la empresa comenzaron hace no más de dos décadas, los orígenes mismos del proyecto se remontan a las épocas de juventud de Jorge. Siempre tuvo en mente que quería dedicarse a una actividad productiva, y el ladrillo cerámico resultaba tentador. Es un material de construcción por demás masivo que se encuentra desde en las paredes de una casa hasta en los altos edificios de las grandes urbes. Fue este entusiasmo lo que le permitió encarar el proyecto, aunque, como en todo emprendimiento, muchas veces tuvo que enfrentar obstáculos.

El proceso de elaboración.

Empecemos por el proceso. Si bien es un producto aparentemente común, su elaboración entraña una ciencia y técnica que es debido conocer. La fabricación del ladrillo cerámico empieza por su materia prima: la arcilla. Es necesario contar con tierra arcillosa de buena calidad que permita llegar a un producto sólido y duradero. Esta luego pasa por una serie de moliendas y mezclados en máquinas, para finalmente convertirse en un ladrillo en la máquina extrusora.

Lo que en un principio es arcilla (izquierda) pasa por diferentes procesos hasta convertirse en un ladrillo en la máquina extrusora (derecha). Imágenes ilustrativas.

Sin embargo, estos ladrillos no están listos para su uso en la construcción. Antes deben pasar por un proceso de secado con ventiladores y temperatura controlada, y finalmente someterse a la cocción en horno a 750°C, lo que convierte a la arcilla en cerámica.

Una vez que los ladrillos están terminados, se vacía el horno y se cargan los fletes para los clientes. Actualmente, el mercado abarca a consumidores minoristas de la región de Concordia y alrededores.

La siguiente imagen ilustra las distintas máquinas que se usan en el proceso.

Esquema representativo de los procesos de la fábrica. 1: Carga de arcilla con máquina cargadora; 2: Mezclado; 3: Extrusión; 4: Movimiento de ladrillos con montacargas; 5: Secadero; 6: Horno

Los pequeños progresos.

Como se dijo en párrafos anteriores, los inicios fueron modestos. No se contaba con máquina cargadora ni montacargas: los movimientos eran a pala y carretilla. Además, no había secadero (se secaba al natural) y el horno era a leña. Fue fruto de la perseverancia y el aprendizaje que el negocio pudo capitalizarse y mejorar con el paso del tiempo. A medida que la empresa iba haciéndose conocida y la experiencia de Jorge aumentaba, fue posible ir adquiriendo máquinas y herramientas que mejoraran la calidad del producto y las condiciones de trabajo.

El gran desafío: sobreponerse a los obstáculos.

El mayor desafío que enfrenta la actividad es más bien económico: el número es ajustado, y para que el negocio sea rentable es necesario contar con altos volúmenes de producción. Para ello hace falta disponer del mayor nivel de automatización posible, lo cual resulta de difícil acceso para una pyme. El hecho de no tener el capital suficiente para automatizar los procesos no implica que el crecimiento sea imposible: más bien, es necesario definir estrategias y, ante todo, tener paciencia y sobreponerse a los obstáculos que surjan en el camino.

Mirar siempre para adelante.

Nuestro consejo para cualquier emprendedor es que se fijen un objetivo y apunten a él con esmero, sin preocuparse por las adversidades. Una vez un empresario conocido nos dijo: “Hay que bailar con la música que te toca”. En un país como Argentina, la tendencia es mirar al entorno y desanimarse. Ya sea la política, ya sea la economía, ya sea la competencia; siempre habrá algún motivo para perder el entusiasmo y bajar los brazos. Sin embargo, nosotros no podemos controlar lo que ocurre afuera; lo que sí podemos hacer es decidir qué hacemos en el tiempo y lugar en el que estamos. Si queremos progresar, tenemos que mirar hacia adelante y no para el costado. Con esfuerzo y perseverancia, todos tenemos la posibilidad de forjar nuestro camino y llegar a la meta.

Texto y fotografías: Ing. Pedro César Galeano.