El doctor Dale Bredesen, el creador del primer programa para prevenir y revertir el deterioro cognitivo, expone en su libro algunos de los síntomas que pueden funcionar como alertas para que se tenga en cuenta la posibilidad de consultar a un especialista.
Generalmente las experiencias son individuales, pero debemos prestar atención si suceden algunas de estas situaciones:
PROSOPAGNOSIA (dificultad para recordar y reconocer rostros). También llamada ceguera facial. La persona no puede reconocer quién es al ver su rostro, aunque este sea de alguien conocido y hasta familiar.
DISMINUCIÓN DE LA CLARIDAD MENTAL generalmente hacia el final del día. La sensación es de estar agotado como si se hubiese estudiado o trabajado con la mente varias horas.
REDUCCIÓN DEL VOCABULARIO La persona busca la palabra adecuada para lo que quiere decir y encuentra blancos en su memoria. Recurre en este caso a palabras más simples en reuniones o conversaciones formales donde necesita usar un lenguaje acorde. Por ejemplo, necesita decir “me siento frustrado o decepcionado”, pero termina diciendo “me siento amargado”, “triste; o en vez de decir “es obsecuente”, dice “quiere quedar bien”.
MEZCLAR PALABRAS O FRASES: A veces las personas mayores dicen a los hijos o nietos un nombre por otro, situación que es bastante habitual. Pero decir una palabra o frase completamente diferente a lo que se quiere, debe ser un llamado de atención. Por ejemplo, al querer llamar a la perra, en vez de decir “vení Mora” (el nombre de la perra) decir “Voy a hacer torta”, que quizás sea algo que se hizo o se va a hacer.
DISMINUCIÓN DE LA VELOCIDAD DE PROCESAMIENTO MENTAL. La persona siente que debe tomarse mucho más tiempo que antes para realizar una acción determinada como, por ejemplo, tipear en el teclado o escribir. Siente que la orden de procesamiento del cerebro es mucho más lenta.
INCAPACIDAD PARA SEGUIR O PARTICIPAR EN CONVERSACIONES COMPLEJAS. Sobre todo en reuniones de trabajo las conversaciones se vuelven agotadoras y la persona no puede seguir el tema del que se habla.
DISMINUCIÓN DEL INTERÉS EN LA LECTURA. Cuesta más leer porque no se retiene en la memoria lo leído. Incluso aparece la dificultad para recordar lo leído u oído, así sea la lista del supermercado o algún pedido cualquiera que le haga una persona.
INCAPACIDAD PARA COMPRENDER PELÍCULAS CON TRAMAS COMPLEJAS. Aún esforzándose la persona no logra interpretar una serie, por lo que termina por desistir de verlas.
AUMENTO DE LA ANSIEDAD AL CONDUCIR O SEGUIR EN UNA RUTA. Los conductores necesitan ver y procesar muchas cosas como la posición de otros vehículos y las señales del tráfico. Frente a esta situación la persona siente que ya no puede conducir porque aumenta demasiado su estrés por la ansiedad que le produce esa vivencia.
DIFICULTAD PARA RECORDAR COSAS PENDIENTES O CITAS lo que le provoca una sensación abrumadora de obligaciones. Incluso teniendo una agenda, y llevando anotaciones, no puede cumplir.
ALTERACIONES DEL SUEÑO. Despertarse con facilidad y tener dificultades para volver a conciliar el sueño, o despertarse varias veces en la noche.
DIFICULTAD PARA HABLAR UN IDIOMA EXTRANJERO. Las personas que dominan un idioma extranjero o varios, comienzan a darse cuenta de que ya no pueden hablarlos como lo hacían.
Ante estos síntomas, progresivamente, la persona se va alejando de actividades, de círculos sociales, de viajes, de la lectura o del cine. Por eso, la consulta temprana puede mejorar y hasta revertir la situación.
En próximos números, siguiendo a este autor, publicaremos otros artículos sobre el programa para prevenir el Alzheimer.
Muy interesante los síntomas del Alzheimer para tenerlo en cuenta y poder actuar en consecuencia
Muy buena nota. Gracias!
Excelente nota.La información es muy clara y precisa.
Excelente nota.Es una preocupación el pensar que uno pueda sufrir esta enfermedad.Pero teniendo en cuenta estos síntomas,se puede consultar antes que ocurra.Gracias!!!!