Sin verbos…
Las sábanas revueltas,
Y la ropa en el piso;
los restos del naufragio
de un amor sin permiso.
…
El peso de la duda,
el extraño intersticio
entre el alma desnuda
y la sombra del vicio.
…
Un ayer sin mañana
en un cuarto sombrío,
Y la huella en la cama
del espacio vacío.
…
Una esperanza vana,
cual reloj asesino.
Y la luz de una llama
sin final ni destino.
…
Un amor condenado
por la vida, escondido;
sin piedad señalado,
destinado al olvido…
¿Quién es JOSEPHINE BARRETT?
Es el seudónimo de Josefina Barreto Hernández, una escritora con una gran virtud para escribir poesías con ese atractivo que surge del poeta a quien le brotan los versos con la naturalidad propia del talento.
Ha compartido, en forma breve, su biografía con la Revistaalmas.com, que publicamos a continuación.
Semblanza
Nací un 19 del mes 03 del año 69, la 6ª de una familia de 7 hermanos, en una casa marcada con el número 19 (el nueve y los múltiplos de 3 son mis números de la suerte) en “El Puerto de los Bellos Atardeceres, como se le conoce a la ciudad de Tuxpan, Veracruz, México. Mi gusto por la lectura y la escritura aparecieron desde muy pequeña, cuando mi madre, un ama de casa que apenas tenía la educación elemental, me contaba cuentos e historias de su infancia. Alrededor de los 9 años escribí mis primeros poemas, utilizando ya recursos literarios como la rima, la métrica y el ritmo, sin conocerlos aún como tal. Devoraba todo tipo de libros, cuentos, novelas, en fin, cualquier material impreso que callera en mis manos; cosa que por desgracia, no ocurría con la frecuencia que yo hubiera querido. Soñaba con estudiar Literatura y convertirme en poeta, vivir en una isla desierta y dedicarme sólo a leer y escribir. Adoro a los Clásicos y Sor Juana era una de mis principales inspiraciones. Por desgracia, (y por falta de recursos) tuve que conformarme con estudiar Contabilidad, así que cambié las letras por números y me gradué como contadora pública y auditora en la Universidad Veracruzana, profesión que sigo ejerciendo a la fecha, de forma independiente. Siempre consideré que escribir poesía era más bien un desahogo, algo muy personal como para querer compartirlo, así que mis poemas se quedaron en el baúl de los recuerdos, archivados en la carpeta de “prohibido, no tocar”. Sin embargo, nunca dejé de escribir, a ratos, a veces furtivamente, robando algunos minutos al trabajo, a la familia, a la vida misma. No escribo por gusto, sino por una necesidad apremiante de volver poesía algún pensamiento, una frase, una imagen, en fin, algo que haya motivado mi imaginación o mis sentimientos. Fue hasta que mi único hijo me sugirió que debía compartir mis poemas, ya que “el arte que no se comparte, no puede llamarse arte”.
Así que ahora, más de 40 años después de haber iniciado mi contacto con la poesía, los dejo a consideración de aquellos que sientan que “los poetas a la antigua” aún tenemos un sitio en este cada vez más complejo y automatizado mundo.
Josefina Barreto Hernández.
(Josephine Barrett)
Xalapa, Veracruz, México. 2022 Derechos Reservados.
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