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21 de noviembre de 2024

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Aquel tren, eterno fundador de pueblos

A la luz del Ferrocarril y entre calabacitas, Calabacilla

Acceso a Calabacilla desde la Autovía Nacional 14. Hacia la derecha, el pueblo, y hacia la izquierda, antiguo acceso por un camino de ripio, por donde podemos descubrir  una naturaleza que desborda.

Calabacilla está ubicada en el departamento Concordia, en Entre Ríos, un poblado que pasa casi desapercibido, en particular por turistas y visitantes, como suele suceder con los lugares de tránsito, porque por él debemos pasar cuando nos dirigimos hacia Puerto Yeruá, debido a que la población se extendió a uno y otro lado de la ruta que nos conduce a esa localidad. Se encuentra a 5 km de la Autovía Nacional 14, y a casi 30 km de la ciudad cabecera del departamento.

La naturaleza, siempre gentil, nos obsequia la presencia de este bonito pájaro carpintero, ensimismado en su minuciosa tarea de taladrar la madera, para obtener su sustento, en el ingreso a la localidad.

Como tantas localidades de nuestra región, se formó Calabacilla a raíz de la presencia de la estación del Ferrocarril General Urquiza, en la línea Concordia-Concepción del Uruguay.

El edificio de la estación ha sido en este tiempo restaurado y funciona el Jardín Materno Infantil “Estación de los Sueños”, que corresponde al Nivel Inicial del Consejo General de Educación de la provincia.

Antiguo edificio de la Estación Calabacilla, perteneciente al ramal Concordia-Concepción del Uruguay, inactivo desde la década del 90; hoy restablecido para concretar nuevos proyectos.

La calabacita

 “Calabacilla” es un vocablo aborigen que hace referencia a la calabacita, o mate chiquito, el mate porongo, de forma similar a la de una pera, seguramente cultivado en la región. Era la infusión que preparaban los guaraníes, y fue considerado el primer mate. La yerba seca se introducía en una calabaza. Este fruto, en otras épocas, había sido utilizado para conservar alimentos. Sigue siendo hasta hoy el mate preferido de la gente, ya que la remite a sus tradiciones y costumbres, y le otorga un “sabor especial”.

El mate porongo es fabricado con el fruto de la planta trepadora lagenaria siceraria. (Imagen tomada de: infocampo.com.ar)

Dimensión administrativa y productiva

En el aspecto administrativo, Calabacilla depende del Municipio de Estancia Grande, localidad de la que dista casi 9 km. Entre sus actividades productivas, predominan hoy la industria maderera, la cosecha del arándano, la ganadería.

El ganado vacuno, como en la mayoría de los poblados de la región, contribuye con el desarrollo de la economía regional.

“Madre Patria”, una expresión que mucho dice en relación con nuestra niñez

Una de las primeras edificaciones que observamos ni bien ingresamos en la zona urbanizada es la Escuela N° 22 “Madre Patria”. Se trata de una escuela de nivel primario, que fue fundada en el año 1924, próxima a festejar sus 100 años. Su director, el docente Cristian Dilda, nos manifiesta que cuentan actualmente con 206 alumnos. Se encuentra esta institución enmarcada en el programa de escuelas NINA, que consiste en la extensión de jornada en escuelas primarias, con la incorporación de actividades a contra-turno, con el fin de fortalecer el rendimiento académico y el desarrollo de habilidades cognitivas y sociales, tales como clases de apoyo, aprendizaje de idiomas, talleres en el área artística, en el área tecnológica, entre otras.

Edificio de la Escuela N° 22, de escolaridad primaria, donde también funciona en el turno vespertino la Escuela Secundaria de Jóvenes y Adultos, debido a una gran demanda de parte de la comunidad de Calabacilla.

Los jóvenes y adultos de la zona tienen también la posibilidad de cursar sus estudios secundarios en la Escuela Secundaria de Jóvenes y Adultos (ESJA), un anexo que corresponde a la Escuela Secundaria N° 20 “Simón Bolívar”, de la ciudad de Estancia Grande. Nos cuenta su rector, el Profesor Alejandro Marcone, que consta de tres cursos, primero, segundo y tercer año; y que su orientación es en Economía y Administración. En este momento concurren 50 alumnos, aproximadamente. Un gran beneficio para las personas que, en otra etapa de sus vidas, no han podido asistir a este nivel educativo, que les brinda herramientas para seguir creciendo en lo académico y en el desarrollo de sus potencialidades, de forma tal que puedan mejorar su desempeño como ser humano y como miembro de la comunidad donde se desenvuelven.

La simpleza y la magnificencia de las capillas rurales

Muy cerca del establecimiento escolar descubrimos la Capilla Sagrado Corazón, una edificación pequeña, seguramente por el reducido número de habitantes del lugar en la época de su fundación; pero espiritualmente grandiosa, apacible, reconfortante para quienes se acercan en busca de protección sagrada.

Capilla “Sagrado Corazón”, sobre la ruta de ingreso a la localidad, sobre un marco de imponente vegetación, que se incorpora a la placidez del lugar.

Depende de la Iglesia “San Isidro Labrador”, ubicada en la vecina ciudad de Puerto Yeruá, a unos 13 km más adelante. El párroco de esta comunidad es el Presbítero Pablo Andrés Méndez, desde el año 2018.

El altar, el sagrario, las imágenes sacras, conforman el interior de este espacio bendito.

Las artesanas del lugar, sus habilidades y sus logros

Una imagen representativa de nuestros campos, el caballo, un animal que desde siempre acompañó al ser humano, en una exquisita obra pictórica de Calabacilla.

En nuestro recorrido por la localidad, visitamos a la Sra. Silvia Anchetti, quien con orgullo nos manifestó que toda su vida había transcurrido allí. Se ha dedicado a las artesanías, y actualmente está al frente del taller de manualidades “Manos a la Obra”, en el Salón Comunitario Municipal, al que asisten personas de diferentes edades, dos veces por semana, por un espacio de dos horas cada vez.

Gracia y elegancia de un mono fabricado por habilidosas manos de una tejedora a crochet que asiste al taller de manualidades.
Silvia Anchetti, junto a las participantes del Taller “Manos a la obra”, al que concurren con mucho entusiasmo y dedicación.

Las tareas se efectúan con materiales diversos, por ejemplo, vidrios, plásticos, latas, papeles de diferente textura y espesor, telas, goma eva, etc. Una de las técnicas más empleadas es el reciclado, proceso de selección y conversión de elementos, que pueden ser botellas, tarros, ropa vieja, etc., con la finalidad de lograr nuevos productos. También se realizan costuras, tejidos a crochet, pinturas en tela.

Miles de producciones, cada una con su delicadeza, encanto y originalidad, pero sería imposible exponerlas a todas, solo por una cuestión de espacio de este medio. Desde nuestro lugar: ¡Felicitaciones, grandes artesanas!

Los padrinos del Taller “Manos a la Obra”, Sr. Daniel Buffet y Sra. Gabriela Rodríguez, junto a la Coordinadora, Sra. Silvia Anchetti.
Imagen del Salón Municipal del lugar, que en estas poblaciones se constituye en un espacio significativo, por su valioso aporte para el desempeño de tareas varias.

Calabacilla, una ciudad que nace de la mano del ferrocarril, rodeada de calabacitas, con las que se fabricaba el mate  -ese objeto que nos permite preparar la vieja y tradicional infusión que se ha transmitido de mayores a niños a través del tiempo-, que quedó suspendida sobre la ruta que une la autovía nacional con la pujante Puerto Yeruá, que quizás muchos citadinos ni siquiera sabrán de su existencia; pero que tiene una historia que su gente se encarga día a día de construir, su cultura, sus actividades económicas, su magnífico paisaje que aúna colores, sonidos, fragancias, que tiene todo lo que quienes se acercan pueden conocer, disfrutar, y guardar entre los preciados tesoros que nos regala nuestra bella provincia.

Agradecimientos: A la Sra. Silvia Anchetti, a la Sra. Claudina Esther Delfin, y a los docentes Cristian Dilba, Alejandro Marcone y César Coppini, por su colaboración en la elaboración de este artículo.

Textos y fotografías: Prof. Nélida Claudina Delfin