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21 de noviembre de 2024

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Lee desde otra perspectiva

Sobre la Lomada Grande, San Salvador

Un proyecto de familia

Al este de la provincia de Entre Ríos, sobre una zona suavemente ondulada, representada por la Lomada Grande, a 60 km de la ciudad de Concordia, y a casi 210 km de la capital entrerriana, Paraná, se erige el departamento de San Salvador, para cuya conformación se disgregaron partes de los departamentos Concordia, Colón y Villaguay, con el correr del año 1995.

Plaza del Centenario, Mural del Centenario, obra de arte que conmemora los 100 años de la ciudad, que se cumplieron el 25 de diciembre de 1989.

La ciudad cabecera lleva el mismo nombre que el departamento. Para su fundación nos remitimos a la persona de Miguel Pedro Atanasio Malarín, abogado, político y militar paranaense, nacido en 1858. Encaró el proyecto de fundación junto a sus hermanos Francisco, Oscar y Nicolás, en espacios territoriales que pertenecían a su madre, Aurora Saint Sauver, que se concretó en el mes de diciembre de 1889. El apellido francés de su madre, cuya traducción es San Salvador, dio origen al nombre de la localidad.

“Individualmente, somos una gota. Juntos, somos un océano”
 
(Ryunosuke Satoro).

Coronel Miguel Pedro Atanasio Malarín, en su honor la principal avenida de la ciudad lleva su nombre. (Imagen tomada del Museo del Arroz).

Durante los primeros años, la población quedó bajo la administración de Francisco Malarín, y Miguel permaneció un tiempo más en su ciudad de origen, desde donde efectuó importantes gestiones para el progreso de la localidad, entre ellas la presencia del ferrocarril en la zona; hasta que en 1929 se instaló definitivamente en la colonia, y creó el Molino Harinero Malarín, hoy Cooperativa Arrocera, con el fin de industrializar este cereal, que se ha convertido en la base de la economía regional.

Plaza del Centenario, reconocimiento al fundador de San Salvador, sobre el boulevard que lleva su nombre.

Residió allí el fundador hasta su muerte, en el mes de diciembre de 1943. En 1957, San Salvador fue declarada ciudad.

Residencia de la familia Malarín, construida en 1929. (Gentileza Sr. Leonardo Avancini).

Primeros pobladores

Los primeros habitantes de la ciudad fueron criollos que habían estado asentados en el área de Arroyo Grande. Fue la familia de la Sra. Ciriaca Ramírez la primera que se instaló en la colonia. Vino luego la administración del lugar y la incorporación de instituciones como la comisaría policial, el Juzgado de Paz, y la primera escuela.

Como en la mayoría de los poblados entrerrianos, la presencia del ferrocarril generó un gran avance, a partir del año 1902, con la inauguración del ramal Villaguay-San Salvador-Concordia.

Las calles de la localidad rinden, a través de sus nombres, homenaje a personas y sucesos históricos protagonistas en la región.

San Salvador se unió al fenómeno de corrientes migratorias que se dio a principios del siglo XX, con la llegada de rusos judíos, alemanes, italianos, suizos, franceses, españoles, belgas, sirio-libaneses, que formaron parte de la comunidad. Recordemos que arribaron a esta región inmigrantes judíos, debido a gestiones de la asociación creada por el Barón Moritz Von Hirsch, para facilitar su llegada y asentamiento, con el fin de dedicarse a tareas agrícolas.

“Nunca se pierde el esfuerzo que ponemos para lograr algo hermoso”.
 
(Helen Keller).

Capilla “El Salvador”, contigua a la casa de la familia Malarín, construida en 1912, para uso familiar. Posee un altar mayor traído desde Francia, hecho en roble, y la imagen de Ntra. Sra. de los Dolores, con detalles en oro y cristal. (Gentileza Sr. Leonardo Avancini).

Población actual

Hoy cuenta la ciudad con un número estimativo de 20000 habitantes. Constituye la producción e industrialización del arroz la base de la economía lugareña; también se cultivan soja, maíz, trigo y sorgo. Y en conexión con el cultivo de este cereal, la venta de maquinarias agrícolas, fundamentales para poder concretar este proceso, que beneficia a los productores por su cercanía.

Contribuye con el riego del sector productivo arrocero el Acuífero San Salvador, una reserva de agua dulce, a 30 metros de profundidad. Se trata de una formación geológica de la Era Cuaternaria, a partir de un antiguo cauce enterrado del río Uruguay.

            Cabe destacar, además, la apicultura entre las tareas productivas de San Salvador.

La visión de Félix Bourren Meyer

Descendiente de inmigrantes suizo-franceses, nacido en la vecina localidad de Villa Elisa, Félix Mauricio Bourren Meyer dio inicio al cultivo de arroz en cercanías del Arroyo Grande, en  1930. Se extendió enseguida hacia toda el área rural del departamento.

Félix Mauricio Bourren Meyer, Pionero de la Industria Arrocera, quien señaló el camino hacia la prosperidad de San Salvador y la región. En su homenaje, la Escuela de Educación Técnica lleva su nombre. (Imagen tomada del Museo del Arroz).

Casi de inmediato, con la presencia de otros colonos que allí se habían ubicado, llegó la creación del Ingenio Arrocero San Salvador (INGASSAL), que dio así comienzo a la industrialización del cereal en la localidad. Cuando se vendió esta empresa, en 1952, fue creada la Cooperativa Arrocera San Salvador Ltda.

Al año siguiente se realizó la primera “Fiesta Nacional del Arroz”, con exposición agro-industrial, números artísticos y la elección de la Reina Nacional del Arroz. A partir de ahí la celebración se fue efectuando en forma intermitente, y se fueron agregando particularidades según la época.

Desde esos años, fue la ciudad de San Salvador reconocida como la Capital Nacional del Arroz.

Cooperativa Arrocera San Salvador, sus asociados producen en el campo la materia prima, y en la entidad se efectúa el acopio, secado y elaboración para su venta.

Museo del Arroz

            En primer lugar, queremos reconocer la atención y amabilidad con que fuimos recibidos por las personas responsables del Museo, el Sr. Juan Gibert, y la Sra. Ana María Segón, por un lado; y por otro, no podemos dejar de mencionar la satisfacción que nos generó habernos reencontrado con el Sr. Leonardo Avancini, con quien en otras épocas tuvimos la posibilidad de compartir las aulas del Profesorado de Educación Musical en la ciudad de Concordia, y hoy lo vemos desempeñarse con un enorme compromiso en el área de Cultura de San Salvador.

Maqueta de madera y metal, que diagrama el equipamiento de un molino de arroz, con los instrumentos que se emplean para hacer este cereal apto para el consumo; fabricada por el Sr. Hugo Luggren.

Se trata de un Museo Temático, cuyo objetivo es difundir el Patrimonio Histórico Cultural y Social de San Salvador. Por esto, además de todo lo inherente a la producción e industrialización del arroz, brinda la entidad información sobre la fundación de la ciudad, sucesos históricos acaecidos en la región, biografía de quienes han sido protagonistas en los procesos que conciernen a la ciudad, muestra de objetos que han sido testigos de la historia y/o han pertenecido a personas que han dejado una huella en la sociedad sansalvadoreña.

“Un pueblo sin el conocimiento de su historia pasada, origen y cultura es como un árbol sin raíces”.
 
(Marcus Garvey).

Se constituye así esta institución en un pilar fundamental para lugareños y visitantes que quieran conocer las diversas aristas de la localidad. Para quienes estén interesados en acercarse, sus números telefónicos son: (0345)4910035 – 4910169 – Celular: 3456267774. Página web: www.sansalvadorer.gob.ar – O a través de las redes sociales Facebook e Instagram.

Maqueta que exhibe maquinarias y medios de transporte del proceso de industrialización del arroz.

El edificio se encuentra en la intersección de calles San Martín y Belgrano, donde antes había funcionado la comisaría. Permanece el antiguo diseño, considerado hoy Patrimonio Cultural de la ciudad. Fue construido en el año 1929, por el fundador Coronel Miguel Malarín. Recién en 2007 surgió el proyecto de Museo del Arroz, bajo el Programa “Identidad Entrerriana”, junto al Municipio de San Salvador.

Edificio del Museo del Arroz, combinación de estilos italianizantes en arcadas de medio punto, y un marcado estilo neocolonial, en las ventanas y en la parte superior de la ochava.

Un sinfín de objetos y mobiliarios exhibe esta institución, y todos tienen su significatividad; muchos de ellos fueron entregados en carácter de donación al museo por sucesores de reconocidas personas que han participado en importantes eventos de la zona. Seleccionamos algunas imágenes para que puedan apreciar nuestros lectores. En primer lugar las relacionadas con el arroz, y luego, elementos vinculados con hechos históricos y con la vida cotidiana de la comunidad sansalvadoreña.

Monumento al labrador, a ese hombre de campo que conoce el secreto de la tierra y trabaja con afán para aprovechar todo lo que ella le brinda.
Imágenes de la primera trilla de arroz, a cargo de Félix Bourren Meyer, efectuada en 1930.
El arroz se embolsaba en bolsas de arpillera, con hoz con la mano y luego engavillado.
Hugo Luggren, hijo de un pionero del arroz, pone de manifiesto esta capacidad manual de fabricación de maquetas en temas inherentes a la industrialización del arroz.

A continuación, presentamos algunas imágenes de maquetas de maquinarias agrícolas, elaboradas en hierro, también por el Sr. Hugo Luggren.

Batalla de “Arroyo Grande”

Presenta el museo un grupo de armas que fueron encontradas en la zona de la Batalla de “Arroyo Grande”. Recordemos que se trató de una guerra civil que se desató entre fuerzas federales al mando del oriental Manuel Oribe, y fuerzas unitarias, al mando del también oriental Fructuoso Rivera, en la zona de Arroyo Grande, a 5 km aproximadamente de la ciudad de San Salvador.

Arroyo Grande, a escasos kilómetros de la zona urbana; allí se libró la batalla que si hubiese finalizado en derrota para las fuerzas federales, habría cambiado el curso de las provincias de Entre Ríos y Corrientes.

La batalla tuvo lugar el 6 de diciembre de 1842, con la victoria de los federales, y como consecuencia, la incorporación de las provincias de Entre Ríos y Corrientes al área territorial que tenía un gobierno centralizado en Buenos Aires. Estas provincias habían resistido al intento dominador de Buenos Aires, y había  quedado la Mesopotamia en el proyecto “Uruguay Grande”, junto a la Banda Oriental y parte del estado de Río Grande do Sul, Brasil, comandado por Fructuoso Rivera.

Monumento a los Caídos en la Batalla de Arroyo Grande, un proyecto del Centro de Estudios Históricos Regionales San Salvador, declarado de “Interés Histórico Cultural”, e incorporado al Patrimonio Histórico Arquitectónico de la provincia.

“La arquitectura es el gran libro de la humanidad”.
 
(Victor Hugo)

Armamento hallado en el área de la Batalla de Arroyo Grande, una de las más importantes en las guerras civiles argentinas y uruguayas.

Algunos instrumentos del mundo laboral y hogareño, que expone el Museo del Arroz:

Escardador de lana, que separaba lo bueno de lo que no servía, para la fabricación de colchones. Data del año 1900.
El tradicional mortero, utensilio, en este caso de madera, que se usaba para machacar especias, semillas, etc.
Higrómetro, un dispositivo que se empleaba en la medición de temperatura y humedad de granos.
Máquina hiladora, invención de la Revolución Industrial, para hilar fibras como lana, lino o algodón, de forma mecanizada.

Una interminable cantidad de muebles, maquinarias e instrumentos nos presenta el Museo del Arroz, en relación con su objetivo de preservar y transmitir las riquezas del patrimonio histórico y cultural de la comunidad.

“La cultura es el despertar del hombre”.
 
(María Zambrano).

Para finalizar…

Nos queda pendiente una nueva entrega sobre San Salvador, para que nuestros lectores puedan tener un panorama general de esta ciudad que ha crecido considerablemente, que por obra del esfuerzo de su gente ha progresado, en todas sus dimensiones, industrial, educativa, cultural, con instituciones que orgullosamente muestran los resultados de un trabajo intenso, arduo podríamos decir, pero no por eso menos placentero, que ha beneficiado a esta población, digna de conocer y disfrutar.

Texto y fotografías: Prof. Nélida Claudina Delfin.