La vida de una célula está regida por el entorno físico y energético, y no por sus genes. Bruce Lipton.
El sueño hecho realidad
El hombre concretó su sueño de hacer una máquina que triplicaría la producción de harina de trigo y maíz, y vendería en toda la región. Hasta ese momento la producción se hacía en un molino a malacate, tirado por mulas.
Dado el crecimiento de la Colonia y de sus alrededores las ganancias podrían aumentarse considerablemente si se modernizaban. Los Forclaz decidieron apoyar la idea de Juan Baustista, quien propuso la construcción de un molino a viento, copia fiel y exacta de los molinos que ellos conocían de Europa, de estilo Holandés. Éstas máquinas se habían propagado por todo el continente europeo, con un auge muy importante puesto que dejaban muchas ganancias por el buen rendimiento.
Cuentan que para pagar su construcción, realizada entre 1888 y 1890, Juan Bautista recibió préstamos de toda la familia. En aquella época la sola palabra era una garantía. Él prometió devolver hasta con intereses una vez que su idea se pusiera en marcha. Todos le creyeron. Mucha gente de la zona, vecinos, familiares colaboraron con el sueño.
El emprendimiento frustrado
Una vez finalizada la obra comenzó el drama. Luego de muchos intentos, cada día, Juan Bautista Forclaz, veía el fracaso de su emprendimiento; la inmovilidad, la paralización de las aspas de su molino. Nada resultó como lo había imaginado. Todo intento de solución practicado sobre la máquina devolvía la misma respuesta: la quietud. La velocidad del viento no movía las aspas para que estas hicieran funcionar la nueva máquina de molienda.
El hombre que sabía la deuda que tenía con todos quienes habían prestado su dinero para la construcción, paulatinamente entraba en un estado de angustia y desesperación; pero al mismo tiempo de abandono de su persona. Y como su molino, con el tiempo, día a día, su mente y su cuerpo fueron quedando inmóviles, suspendidos, paralizados. No podía comer, ni beber, hasta que finalmente murió.
El diagnóstico copia fiel de su realidad
Le diagnosticaron la enfermedad llamada marasmo, término que de acuerdo con la definición del diccionario de la RAE significa suspensión, paralización, inmovilidad. La enfermedad se define como un tipo de desnutrición por deficiencia energética, resultando en un déficit calórico total. Quizás la misma falta de energía del viento. Dice Bruce Lipton en su libro “La biología de la creencia” que, mediante la autoconciencia, la mente puede utilizar el cerebro para generar, «moléculas de emoción» y liberadas en el sistema. Mientras que el uso apropiado de la conciencia puede proporcionar salud a un cuerpo enfermo, el control inapropiado e inconsciente de las emociones puede ocasionar fácilmente que un cuerpo sano enferme.
El fin de la historia
Tiempo después de la muerte de Juan Bautista Forclaz se determinó que todo el problema tenía que ver con la fuerza de los vientos. Estos molinos en Europa funcionan pero aquí, en esta zona, la potencia del viento es muy diferente, por lo que se malogró el proyecto. El molino fue declarado Monumento Histórico Nacional desde el año 1985 y Patrimonio Arquitectónico e Histórico de la Provincia de Entre Ríos desde el 2003.
El museo cuenta con un predio de 5 hectáreas en las que está emplazado el molino a viento y la casa de la Familia Forclaz. Cientos de personas visitan el lugar año tras año.
El patio desde donde se veía el paralizado molino a viento que no funcionó.
Hoy el campo de los Forclaz es un museo histórico visitado por cientos de personas que escuchan por sus guías la triste historia de Juan Bautista.
El lugar se convirtió en un interesante destino para los viajeros de todas partes.
Que Bueno…. Hay lugares en nuestra provincia con historias que no lo sabemos , gracias me hizo imaginarme en esa época.