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26 de abril de 2025

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La pintoresca aldea San Gregorio

Un poblado con una rica historia que su gente conserva y comparte

En la provincia de Entre Ríos, departamento Colón, nos acercamos a una localidad que muchas veces ha pasado desapercibida, pero que quienes la habitan, lucen su historia con orgullo, y quienes ahí vivieron en alguna etapa de su vida, atesoran sus más hermosos recuerdos: Aldea San Gregorio. Se encuentra a 50 km aproximadamente de la ciudad de Concordia, al igual que de la ciudad de Colón, y se arriba a través de la Autovía Nacional 14.

Camino de acceso a Aldea San Gregorio, a través de un paisaje agreste que deslumbra al visitante. Hacia el final, se observa la antigua casona que, en otros tiempos, había pertenecido a la familia del Sr. Erio Suárez, un vecino que luchó siempre por su lugar.

San Gregorio, sus primeras páginas, en los albores del siglo XX

Quisimos conocer este poblado que, al igual que tantos en nuestra provincia de Entre Ríos, tiene una rica historia que contarnos. Felizmente, muchas personas con un enorme entusiasmo nos han hablado de este magnífico lugar, y gentilmente nos han brindado información, desde su fundación. Entre ellas, la Profesora Elisa Rey, hoy radicada en la ciudad de Concordia, donde desarrolló su carrera docente, pero oriunda de esa región.

En el ingreso a la localidad, una imagen que refleja el contraste entre un caballo que pacientemente  espera a su dueño, como en épocas pasadas, y medios de locomoción de estos tiempos como lo son un camión, una moto.

La Profesora Rey compartió con nosotros valiosa documentación que presenta un recorrido que comienza en el año 1903, cuando ya existían en la zona algunos pobladores, vinculados entre sí por parentesco y vecindad. Y surgió la noticia del tendido de una línea ferroviaria que uniera Concordia y Concepción del Uruguay (a 100 km estimativamente de Aldea San Gregorio), y la posibilidad de que el poblado contara con una Estación del Ferrocarril.

Característica estampa campestre que, admirablemente, combina la matinal luminosidad del cielo con un verde que en varias tonalidades derrama la exuberante vegetación. El pastoreo de ovejas completa el sublime paisaje.

“Entre Ríos tierra linda,
Suelta melena ondulada
De verdes, cielos y verdes
Pincelando tus lomadas”.
 
(Isabel Castellán)

A partir de esa novedad, un vecino, Don Tristán Romero, que estaba casado con una lugareña, Doña Victoria Ramírez, efectuó un loteo de una parte de sus campos. A ese proyecto lo denominó “San Gregorio”, en honor a su hermano, Monseñor Gregorio Romero, quien había nacido en Concordia en el año 1860, estudió en el Colegio de la Inmaculada de los Padres Jesuitas de Santa Fe y fue ordenado sacerdote en 1883; en la Universidad de Córdoba obtuvo el título de abogado; se desempeñó también en educación y en política. Fue Diputado Nacional, establecido en esa época en la Capital Federal; y Obispo Auxiliar de Buenos Aires hasta su fallecimiento, en el año 1915.

Monseñor Gregorio Ignacio Romero, un concordiense no muy conocido que, en cada ámbito en el que se desempeñó, dejó una huella imborrable. Sus profesores lo caracterizaron como uno de los máximos intelectuales egresado del Seminario de Santa Fe.

Reservó Don Tristán Romero algunos lotes para sus sucesores. Y se destinó un espacio para una futura escuela, que fue creada en 1905.

Don Erio Suárez, junto a su esposa, uno de los pobladores que trabajó siempre por la aldea; se destacó en particular por su participación en la construcción de la escuela primaria.

Los que iniciaron el camino

El informe de Elisa Rey menciona algunos apellidos de personas que adquirieron tierra en la zona: Peralta, Torres, Ramírez, Posadas, Hermosid, Nöel, Carraud; como así también miembros de la comunidad judía, entre ellos, Barcan Kreisserburg, Vainstube, Brovosky quienes emigraron a pueblos cercanos al descubrir que la traza de las vías se había modificado por cuestiones inherentes al suelo. Finalmente las vías pasaron muy cerca y solo se construyó un Apeadero, el Km 45, que fue destinado al transporte de la leche hacia centros más poblados y, ocasionalmente, algunos pasajeros.

“Patria es la tierra donde se ha sufrido,
patria es la tierra donde se ha soñado,
patria es la tierra donde se ha luchado,
patria es la tierra donde se ha vencido”.

 
(Leopoldo Díaz)

La ganadería fue, en la primera etapa de existencia de Aldea San Gregorio, la base de la economía regional.

Para ese entonces ya se habían establecido pobladores escoceses, entre ellos, Jorge France y sus hijos, quienes con la compra de varias hectáreas, rodearon a San Gregorio con sus campos, además de integrarse socialmente, prestar numerosos servicios y otorgar puestos de trabajo a muchos lugareños.

Vieja vivienda, hoy prácticamente en ruinas, como tantas que descubrimos en estado de abandono en áreas rurales; antes habitada por los hermanos Ezequiela y Julián Palacios.

Entre los negocios se encontraba un Almacén de Ramos Generales, con Expendedor de nafta y Estafeta de Correo, que pasó por varios dueños y desde 1934 pertenece a la familia Corvetto; un Bar y billar, con despacho de bebidas, donde solían pernoctar camioneros que se dirigían hacia el norte, por la actual Autovía Nacional 14; una carnicería, con un anexo de golosinas, que constituía un verdadero manjar para los niños del lugar.

Destaca en particular la Profesora Rey este sitio por haber funcionado allí un oratorio, por iniciativa del Presbítero Derú, de la ciudad de Colón. Como sucedía en muchas comunidades rurales, era difícil contar con un sacerdote; las familias eran creyentes y solían tener en sus casas un altar pequeño, imágenes sacras y un Rosario.

En el ingreso, un almacén de esta época, con otras características, pero con el mismo fin de otros tiempos: generar un espacio de entretenimiento para vecinos y visitantes, además de proveerles la mercadería necesaria para el sustento cotidiano.

La vida familiar por aquellos años era austera. Generalmente, cada hogar tenía las comodidades mínimas, la huerta, el gallinero, una vaca en algunos casos. Los niños iban a la escuela a pie o a caballo. En el año 1950, “Año del Libertador General San Martín”, llevaban ellos un pequeño ramo de flores que se depositaba en la base del busto del Padre de la Patria.

“Es tan bueno sentirse de vuelta de los sueños, el molino patriarca de los cuentos de infancia…” (Cipriano Santiago Vitureira)

Fe, religión, espiritualidad

Respecto del nombre del poblado, el sacerdote Derú, en su recorrido por los distintos distritos que conforman el departamento Colón, allá por el año 1900, suministró sacramentos a vecinos de la zona. En diálogo con ellos, les explicó la necesidad de creación de un oratorio. Ellos aceptaron e inmediatamente comenzaron una recolección de fondos para tal fin. Además, se determinó que esa Capilla sería puesta bajo la advocación de San Gregorio, porque se edificaría en el campo del Sr. Tristán Romero, hermano del Obispo Monseñor Gregorio Ignacio Romero; posteriormente, la localidad pasó a llamarse Aldea San Gregorio.

Actual Capilla del poblado, “Ntra. Señora de Fátima”, a cargo del Presbítero Elías Benitti, quien reside en Ubajay y asiste una vez al mes para celebrar la Santa Misa. Firme y leal, Rocky, acompaña a la Sra. Salvat en sus tareas en la Capilla.

Los Sres. Tristán Romero, Abraham Gilbert y José Peralta conformaron la Comisión Directiva; y las Sras. Nicasia M. de Quinteros, Saturnina Benítez, Eulogia de Peralta y Juana de France, la Comisión de Damas.

Capilla Ntra. Señora de Fátima hoy, imagen junto al altar, donada por la Sra. Marta Camino de Cervino, quien reside en Concordia, pero es oriunda de Aldea San Gregorio.

La Sra. Rosa Salvat, vecina de Aldea San Gregorio, fue otra de las personas que con una enorme generosidad compartió con nosotros información sobre esta localidad y sus instituciones, testimonios de sus padres y de otros vecinos con quienes ha podido dialogar.

El interior de la actual Capilla, sagrado recinto de paz y oración para los feligreses del mundo católico.

La construcción de la Capilla Ntra. Señora de Fátima -nos refería la Sra. Salvat- empezó en el mes de marzo de 2009,  por iniciativa del Padre Marcelo Krenz, y la donación de un terreno de 30 por 30 metros de la Sra. Margarita Corbella viuda de Corvetto. Recibió la colaboración de muchos vecinos de la Aldea; algunos de ellos ya no habitaban el lugar, sin embargo, se sumaron con un gran compromiso a tan significativo  proyecto. El Padre Daniel Zimmermann ejerció también allí su ministerio sacerdotal, y en la actualidad, el Padre Elías Benitti, quien reside en Ubajay. Hoy esta Capilla pertenece a la Diócesis de Concordia. Su Catequista es la Sra. Rosa Salvat, quien prepara a los niños para recibir su Primera Comunión y Confirmación. Recordemos que los avances del edificio se pueden concretar por la ayuda de los fieles, con rifas y ventas diversas.

Rosa Salvat, catequista, responsable de la formación espiritual de niños y adolescentes que reciben los sacramentos. En este caso, junto al Presbítero Elías Benitti, durante una celebración de Primera Comunión.

Un semillero de esperanza, la Escuela N° 26 “Bases”

La Escuela Primaria N° 26 “Bases” celebró su centenario en el año 2005, con una fiesta inolvidable y emotiva en la que participaron alumnos y docentes que, en diferentes instancias, habían sido parte de ella. En el marco de esa fecha memorable, la Profesora Elisa Rey elaboró una revista “con el objetivo de dejar impresos algunos datos de lo que hasta hoy sabemos de nuestra Escuela y de su lugar de enclave”. Colaboró un grupo de personas de la región que, en distintas circunstancias, de una u otra forma, estuvieron ligadas a la comunidad educativa.

Estamos seguros que lo nuestro brota del corazón de los que queremos que la Aldea y su Escuela sean para todos motivo de alegría y orgullo, ejemplo de paz y trabajo, y expresión de identidad entrerriana”. (Palabras de presentación de la obra, Profesora Elisa Rey).

En esta Publicación, la Profesora Rey realiza una reseña histórica de la Escuela N° 26 que, según los Archivos del Consejo General de Educación, en sus comienzos era denominada “Escuela Mixta Infantil N° 1 del 5° Distrito-San Gregorio”. En la década del 20 se le asignó el “N° 26”; y en los 50 pasó a llamarse “Bases”, en homenaje al libro de Juan Bautista Alberdi “Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina”, obra que sentó las bases para la redacción de la Constitución Nacional.

En la Publicación mencionada, nómina de lugareños que asumieron el compromiso de colaborar en la construcción del edificio escolar.

El material bibliográfico mencionado nos remite al año 1904, cuando un grupo de vecinos decidió colaborar con la construcción del edificio escolar, cada uno en la medida de sus posibilidades. Los Señores Tristán Romero y Eduardo Posada donaron las tierras para tal fin. Por testimonios de lugareños, se sabe que mientras duró la edificación, las clases se desarrollaron en un local adjunto a la Capilla, la que con el correr de los años se perdió. Había sido esta la primera Escuela, que tuvo uno de los edificios de madera, conocidos como “Escuelas de Antequeda”, el cual contaba con dos aulas con galerías alrededor, y tuvo una duración de más de 50 años; pasaron por ella una enorme cantidad de niños de la zona. Cuando se fue deteriorando, se construyó uno nuevo, que duró muy poco tiempo, y por último, el edificio actual.

“¡Cómo gozábamos niños y maestros! No existían celulares ni juegos electrónicos pero cómo disfrutábamos las relaciones entre las personas!” (Marta Salvat de Seage).

Cabe destacar que desde siempre, la función de las Cooperadoras escolares ha sido relevante. Sus miembros han acompañado con un gran compromiso ante diferentes problemáticas, especialmente edilicias; han organizado distintas actividades con el fin de ofrecer su apoyo y contribuir así a mitigar las dificultades.

“Clases, recreos, cuentas, juegos, cantos, escarcha, fracciones, sílabas, risas, rondas, solazos, campanas, escuela, nombres… recuerdos… siembra… ¡Época feliz!”
 
(Amalia Troncoso de Scatena)

“Escuelas rurales, fueron, son y seguirán siendo baluartes luminosos en la formación de la niñez del campo”. (Amalia Celia Troncoso de Scatena).

En nuestra visita a Aldea San Gregorio, concurrimos a la Escuela N° 26, nos recibió allí su Directora, la Docente Patricia Molina, con plurigrado a cargo, al tratarse de una Escuela de Personal Único, que debe desempeñar todos los roles que una entidad educativa requiere. Junto a ella, siete niños, dos en 6° grado y cinco en primer grado, se acercaron a saludarnos, con toda la energía que esa infancia despliega, con la inmensa alegría de pertenecer a una escuela que los cobija, les brinda un espacio de convivencia con sus pares, y los acerca al conocimiento, el que quizás más adelante descubran en su totalidad, pero que de todos modos lo reciben con entusiasmo.

En el patio escolar, Patricia Molina, junto a sus alumnos, durante una clase de Educación Física. Recordemos que a cargo de ella están todos los espacios curriculares, que incluyen las áreas de Educación Física, Educación Musical y Artes Visuales.

La Docente nos explicaba que el perfil educativo de la institución está dirigido a gestionar en forma permanente la participación social, a preservar la igualdad de oportunidades y el acceso a una educación de calidad, atendiendo a la diversidad.

“La patria es mucho más,
La patria es todo:
El anciano, y el niño, la maestra, la madre.
Es la canción y el llanto,
El dolor y la risa,
El cerro y la llanura,
De todos y de nadie”.

 
(Joya Villafañe)

Una persona reflexiva, respetuosa, responsable, con un buen nivel de autoestima, participativo, democrático, comprometido con su comunidad, con actitud creativa, consciente del cuidado del medio ambiente, son los ejes en torno a los cuales gira el perfil del alumno de la Escuela N° 26.

Recursos didácticos que colman el aula y acompañan el proceso educativo del estudiante.

Entre las fortalezas, propias de una escuela rural, nos cuenta Patricia, que los niños se conocen todos entre ellos, y que a los alumnos mayores les entusiasma el hecho de poder explicar algún tema o tarea a los menores, lo que facilita la convivencia en el aula.

Un personaje que “asiste” también diariamente a la escuela, Corbata, la mascota de todos, llega con ellos, y con ellos se retira. Ha sabido conseguir un lugar él también en la institución.

Pudimos apreciar la abnegación en la tarea docente de la Profesora Patricia Molina, su empeño y dedicación, que se ven reflejados constantemente en su entusiasta discurso al hablarnos del P.P.P.I. (Proyecto Político Pedagógico Institucional), y en la forma en que guía y acompaña a esos niños, que jamás olvidarán la eximia experiencia de haber transitado su niñez en las aulas de una escuela rural.

El patio escolar, colorido, alegre, armónico, con elementos de recreación y entretenimiento.

Al finalizar sus estudios primarios, los adolescentes de Aldea San Gregorio deben trasladarse para cursar la escolaridad secundaria a Ubajay, una ciudad que desde ahí dista unos 20 km aproximadamente, o a Pedernal, unos 12 km, estimativamente.

Pocos habitantes, una realidad que desborda

Permanecen en esta localidad hoy pocos habitantes; unas 20 familias se calcula que habitan este poblado, debido a que son escasas las posibilidades laborales, lo que hace que los jóvenes se desplacen a otros centros poblacionales de la región. Recordemos que es esta una zona donde la avicultura, la forestación, los aserraderos y los establecimientos ganaderos, constituyen las principales fuentes de trabajo.

En el camino, la construcción de un puente que resuelve la problemática de un grupo de vecinos que ante copiosas lluvias quedaba completamente aislado.

Más allá de esta realidad, Aldea San Gregorio sigue de pie, en el diario peregrinar de sus habitantes, que con una férrea voluntad continúan construyendo su historia; en el recuerdo de muchas personas que en algún momento de sus vidas allí estuvieron, debieron irse, pero lo hicieron colmados de vivencias que no olvidan; en su patrimonio natural, ese que se compone de un verde que se lleva todas sus tonalidades, de un azul intenso, profundo, que constituye un marco de ensueño en cada mañana campestre, de una bandada de aves, cuyos plumajes y trinos componen las más tiernas imágenes, al igual que tantos animales que pueblan los campos; en los infantiles rostros que tanta alegría irradian en el patio escolar, y que nos hacen entender que hay un camino para continuar.

Agradecimientos:

A la Profesora Elisa Rey, a la Profesora Patricia Molina, al Sr. Erio Suárez, a la Sra. Inés Reyes, a la Sra. Rosa Salvat, por su atención y enorme generosidad en cada entrevista y en el hecho de compartir material para que podamos elaborar este artículo. A todos: ¡Muchas gracias!

Texto y selección de fotografías: Prof. Nélida Claudina Delfin.